De ahí en adelante, la pintura y la dramaturgia empiezan a abrirse paso en su existencia, la que al regresar a Chillán es compartida por el cuento y por el cargo de presidente del Grupo Literario Ñuble (2002 – 2006)
Su primera afición artística fue la pintura, logrando premios en San Bernardo y San Miguel; antes en Chillán había obtenido u 2º premio en acuarela en uno de los Salones Tanagra, en 1954. Sin embargo. El año 1967, postula al taller de dramaturgia de la Fundación Luis Alberto Heiremans, dirigido por Sergio Vodanovic, gatilla el cambio de giro en las artes, siendo su obra “Evasión” la que es publicada en la antología “Nueva Literatura”, editada por la misma fundación. Posteriormente, en 1070, con su drama en tres actos “El despertar de las máquinas” obtiene el 2º premio en el Concurso Nacional “Pedro de Oña”.
En 1973, cuando se había aprobado su gran proyecto sobre las Escuelas de Cultura Artísticas, masificándolas y vitalizándolas, sintió tronchado su entusiasmo creativo, debiendo abandonar su sueño de ingresar al currículo de ls Enseñanza Básica del país la asignatura de “Teatro”, la más ligada al hombre desde los tiempos más remotos.
A Chillán vuelve a radicarse en el año 2000 impulsado por redescubrir su infancia, dispuesto a encontrarse una vez más al ingresar dentro de las esferas del arte, esta vez lo intenta con el cuento, género que había disfrutado tanto leyendo a algunos genios de Hispanoamérica y sus raíces. Entra a formar parte del Grupo Literario Ñuble de la ciudad de Chillán, con lo que su vida solitaria se llena con la idea de contar. Y lo hace cosechando galardones: Premiado en el Concurso del Mall Plaza El Roble (200) Y antologado en Buenos Aires, Argentina, el mismo año con su cuento “Perdóneme si fui yo” en una selección de la “Editorial De los Cuatro Vientos” titulada “Pensamientos e Imagen”.
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